El sacrificio de los clanes
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El sacrificio de los clanes
Hola a todos/as. Vengo a publicar una historia que he hecho con los sims 2. Ha sido la primera con la que empecé a probar, espero que más adelante pueda especializarme en los videos
Bueno, la historia es seria, es decir, que no se cancelará ni se eliminará. Seguirá su curso hasta el final. Os invito a que disfruteis con ella. En cuanto a comentarios, críticas u opiniones, bienvenidos sean y si algunos sirven para mejorar aspectos, lo agradeceré bastante Así que de momento os dejo con la presentación
Bueno, la historia es seria, es decir, que no se cancelará ni se eliminará. Seguirá su curso hasta el final. Os invito a que disfruteis con ella. En cuanto a comentarios, críticas u opiniones, bienvenidos sean y si algunos sirven para mejorar aspectos, lo agradeceré bastante Así que de momento os dejo con la presentación
Raine luna- Espectador
- Mensajes : 5
Edad : 37
Localización : Cádiz xD
Re: El sacrificio de los clanes
Bueno, aquí vengo con el primer capítulo después de tanto tiempo. Espero queridos lectores/as que os guste y que podáis seguirla. Agradeceré cualquier tipo de comentario ya sea de crítica o de opinión personal. Gracias a todos los que empecéis a seguir la historia y por tomar vuestro tiempo en leerla
CAPÍTULO 1: El comienzo del destino.
A las afueras del reino principal de Tolosa, se alzaba un panteón cementerio. En él, se guardan y custodian las tumbas de los fallecidos para que finalmente puedan descansar sus almas. Está custodiada por un antiguo monje que decidió quedarse a vivir solitariamente para hacer su trabajo.
Pero pasados unos años, en los pueblos de Tolosa, se rumoreaba que el monje Medeus no estaba solo.... sino que trabajaba con un muchacho de apenas unos dieciséis años que le ayudaba en los quehaceres del panteón.
Llegó una época demasiado fría, en la que solo nevaba y nevaba sin parar, hasta tal punto de que ni siquiera se podía salir de casa. Durante esos días, Medeus y aquel muchacho tuvieron que pasar de sus obligaciones hasta que se calmara el tiempo. Cuando finalmente cesó la nieve y parte del frío…
Al retirarse Mike, Medeus observó al que casi es un hijo para él. Se sentía muy orgulloso de él, pues se había convertido en un gran hombre. Quién iba a decir que sería un muchacho decente después de haberle recogido en la puerta de su casa abandonado por alguna mujer que seguramente no podría mantenerle como era debido.
Mientras tanto, Mike estaba muy contento de salir al fin de su casa. “Ya era hora de respirar aire puro” se decía a sí mismo al contemplar el bello paisaje blanco que se extendía ante él.
Pero de repente al abrir la puerta principal del panteón…
A pesar de lo fría que estaba la nieve, Mike fue corriendo a auxiliar a aquel hombre, que por sus pintas y por la corona que llevaba en la cabeza, supuso que sería alguien muy importante.
Pero al comprobar que el hombre estaba totalmente helado, Mike decidió avisar a Medeus sobre lo que acababa de hallar. Aunque antes de eso, se percató de una extraña piedra que tenía el hombre en su mano derecha.
Cuando Mike cogió la piedra, ésta emitió un gran resplandor azulado tan intensamente brillante, que a Mike se le cayó la piedra al suelo.
Después del brillo intenso de la piedra, Mike guardó la piedra en un lugar no visible a los ojos de Medeus (que ya era difícil, ya que éste conocía todos los rincones del cementerio) Avisó a Medeus y ambos fueron a comprobar el estado del hombre inconsciente.
Medeus normalmente no se sorprendía por nada de lo que pudiera ver, ya que estaba acostumbrado a enterrar a miles de personas con toda clase de torturas, golpes, incluso personas descuartizadas, dado la época en la que estaban. Pero al ver a aquel hombre, Mike vió por primera vez a Medeus demasiado sorprendido como para ser verdad.
Medeus y Mike se apresuraron en socorrer al Rey. Intentaron todo tipo de maniobras para devolver el sentido al pobre hombre que yacía helado en las mismas puertas del panteón. Pero por mucho que intentaban e intentaban, éste no abría los ojos, seguía igual de tieso que cuando lo encontró Mike.
Una vez llevaron el cuerpo a la sala correspondiente de los cadáveres, Mike fue a su parte favorita del panteón. Una especie de sala circular abierta. Se sentó y empezó a pensar bien en todo lo que había acontecido hasta ahora. Una de sus características es que solía pensar demasiado en todas las cosas que le ocurrían, y ésta era una de las más importantes para él.
Cuando entró en la casa, encontró a Medeus tomando un té. Lo conocía bien. Cada vez que pasaba algo malo, él siempre tomaba té para mantener la calma y la compostura. Eso era una gran virtud que Medeus se había empeñado en enseñarle a él, pero desafortunadamente aún no lo había conseguido.
Mike sacó la piedra de donde la tenía guardada (debajo de su cama) y la puso sobre la mesa. Ésta nuevamente al coger contacto con la piel de Mike volvió a brillar pero ya no tan intensamente como la primera vez que la tocó.
[Mike le explicó a Medeus que al coger él la piedra empezó a brillar intensamente. Le ofreció a Medeus que él también la tocara para ver si surgía el mismo efecto.
Medeus se levantó y tocó la piedra, pero ésta no brillaba al tacto de su mano. Lo que hizo pensar a Medeus por ese extraño fenómeno.
A partir de entonces, Mike se preparó para salir al día siguiente hacia la Iglesia del Pueblo, situada por los alrededores del Palacio Real. Medeus le aconsejó que fuera muy cuidadoso y que por nada fuera a tocar esa piedra por si su brillo atraía a alguien.
Ya llegada la mañana, Medeus fue a despedirse de Mike.
Y allá fue Mike, con la piedra bien escondida para cumplir el que por ahora es su cometido, entregársela al Padre de la Iglesia del Reino lo antes posible, para volver a ayudar a su viejo Medeus.
CAPÍTULO 1: El comienzo del destino.
A las afueras del reino principal de Tolosa, se alzaba un panteón cementerio. En él, se guardan y custodian las tumbas de los fallecidos para que finalmente puedan descansar sus almas. Está custodiada por un antiguo monje que decidió quedarse a vivir solitariamente para hacer su trabajo.
Pero pasados unos años, en los pueblos de Tolosa, se rumoreaba que el monje Medeus no estaba solo.... sino que trabajaba con un muchacho de apenas unos dieciséis años que le ayudaba en los quehaceres del panteón.
Llegó una época demasiado fría, en la que solo nevaba y nevaba sin parar, hasta tal punto de que ni siquiera se podía salir de casa. Durante esos días, Medeus y aquel muchacho tuvieron que pasar de sus obligaciones hasta que se calmara el tiempo. Cuando finalmente cesó la nieve y parte del frío…
Al retirarse Mike, Medeus observó al que casi es un hijo para él. Se sentía muy orgulloso de él, pues se había convertido en un gran hombre. Quién iba a decir que sería un muchacho decente después de haberle recogido en la puerta de su casa abandonado por alguna mujer que seguramente no podría mantenerle como era debido.
Mientras tanto, Mike estaba muy contento de salir al fin de su casa. “Ya era hora de respirar aire puro” se decía a sí mismo al contemplar el bello paisaje blanco que se extendía ante él.
Pero de repente al abrir la puerta principal del panteón…
A pesar de lo fría que estaba la nieve, Mike fue corriendo a auxiliar a aquel hombre, que por sus pintas y por la corona que llevaba en la cabeza, supuso que sería alguien muy importante.
Pero al comprobar que el hombre estaba totalmente helado, Mike decidió avisar a Medeus sobre lo que acababa de hallar. Aunque antes de eso, se percató de una extraña piedra que tenía el hombre en su mano derecha.
Cuando Mike cogió la piedra, ésta emitió un gran resplandor azulado tan intensamente brillante, que a Mike se le cayó la piedra al suelo.
Después del brillo intenso de la piedra, Mike guardó la piedra en un lugar no visible a los ojos de Medeus (que ya era difícil, ya que éste conocía todos los rincones del cementerio) Avisó a Medeus y ambos fueron a comprobar el estado del hombre inconsciente.
Medeus normalmente no se sorprendía por nada de lo que pudiera ver, ya que estaba acostumbrado a enterrar a miles de personas con toda clase de torturas, golpes, incluso personas descuartizadas, dado la época en la que estaban. Pero al ver a aquel hombre, Mike vió por primera vez a Medeus demasiado sorprendido como para ser verdad.
Medeus y Mike se apresuraron en socorrer al Rey. Intentaron todo tipo de maniobras para devolver el sentido al pobre hombre que yacía helado en las mismas puertas del panteón. Pero por mucho que intentaban e intentaban, éste no abría los ojos, seguía igual de tieso que cuando lo encontró Mike.
Una vez llevaron el cuerpo a la sala correspondiente de los cadáveres, Mike fue a su parte favorita del panteón. Una especie de sala circular abierta. Se sentó y empezó a pensar bien en todo lo que había acontecido hasta ahora. Una de sus características es que solía pensar demasiado en todas las cosas que le ocurrían, y ésta era una de las más importantes para él.
Cuando entró en la casa, encontró a Medeus tomando un té. Lo conocía bien. Cada vez que pasaba algo malo, él siempre tomaba té para mantener la calma y la compostura. Eso era una gran virtud que Medeus se había empeñado en enseñarle a él, pero desafortunadamente aún no lo había conseguido.
Mike sacó la piedra de donde la tenía guardada (debajo de su cama) y la puso sobre la mesa. Ésta nuevamente al coger contacto con la piel de Mike volvió a brillar pero ya no tan intensamente como la primera vez que la tocó.
[Mike le explicó a Medeus que al coger él la piedra empezó a brillar intensamente. Le ofreció a Medeus que él también la tocara para ver si surgía el mismo efecto.
Medeus se levantó y tocó la piedra, pero ésta no brillaba al tacto de su mano. Lo que hizo pensar a Medeus por ese extraño fenómeno.
A partir de entonces, Mike se preparó para salir al día siguiente hacia la Iglesia del Pueblo, situada por los alrededores del Palacio Real. Medeus le aconsejó que fuera muy cuidadoso y que por nada fuera a tocar esa piedra por si su brillo atraía a alguien.
Ya llegada la mañana, Medeus fue a despedirse de Mike.
Y allá fue Mike, con la piedra bien escondida para cumplir el que por ahora es su cometido, entregársela al Padre de la Iglesia del Reino lo antes posible, para volver a ayudar a su viejo Medeus.
Raine luna- Espectador
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